Al frente, un Plymouth Hemi Cuda 1971. Hemi designa a su motor, uno de los más poderosos de la historia automotriz. Un V8 7,2 liros que podía llegar a los 475 HP.
Y al fondo un Dodge Challenger T/A 1970. Coches hermanos, o primos en su diseño y producción. Fuera del salvajismo de sus motores, dos de las carrocerías más hermosas jamás diseñadas en EEUU.
Este tipo de autos dejó de producirse a comienzos de los 70 por dos factores clave: la crisis petrolera y su consumo desenfrenado de nafta (1 Cuda= 2 Falcon juntos) ; y los problemas con las aseguradoras. Tamaña performance los convertía en máquinas... ingobernables.