
Y al fondo un Dodge Challenger T/A 1970. Coches hermanos, o primos en su diseño y producción. Fuera del salvajismo de sus motores, dos de las carrocerías más hermosas jamás diseñadas en EEUU.

“Si el automóvil hubiera seguido el mismo ciclo de desarrollo que el ordenador, un Rolls-Royce costaría hoy cien dólares, alcanzaría un millón de millas por galón y explotaría una vez al año, matando a todos sus ocupantes.” - Robert X. Cringely